Contra todo pronóstico y a pesar del carácter inevitablemente secundario del personaje, la actuación más redonda de la noche corrió a cargo de una cantante habitual en los escenarios de Viena y Berlín, pero nueva para mí: Slávka Zámecníková como Dircé. Posee una emisión cristalina, brillante, y una extraordinaria habilidad para las agilidades, coloraturas y estacatos que el papel necesita. Todo ello, además, conjugado con esa inocencia y dulzura, que el personaje también requiere, cimentada en apuntes de fragilidad en reguladores y dinámicas.
plateamagazine.com
(Against all odds and despite the inevitably secondary nature of the character, the most rounded performance of the evening was given by a singer who is a regular on the Vienna and Berlin stages, but new to me: Slávka Zámečníková as Dircé. She possesses a crystalline, brilliant voice, and an extraordinary ability for the agilities, coloraturas and staccatos that the role needs. Furthermore, all of this, combined with that innocence and sweetness which the character also requires, was strengthened by notes of fragile expression in all the dynamic range.)
En Dircé, Slávka Zámečníková est excellente. Son timbre est riche et brillant, à l’image de la robe dorée qu’elle revêt au début de l’opéra.
bachtrack.com
(As Dircé, Slávka Zámečníková is excellent. Her tone is rich and brilliant, like the golden dress she wears at the beginning of the opera.)